La industriosa cocinera transporta muy de madrugada, todos los días del año, con ayuda de un triciclero, su equipo de cocina a un punto en la ciudad donde vende comida popular. Monta en una mesita sus “féferes” y prende el anafe con carbón. Cocina “Yaniqueques”, empanadas, fritos verdes, bollitos de yuca y quipes en medio de un aroma de grasa inconfundible: el desayuno para muchos transeúntes y obreros.
lunes, 31 de diciembre de 2007
El Microempresario
La creatividad de los pobres no tiene límites. Luchan por sobrevivir. Han surgido muchas iniciativas privadas y públicas para ofrecer préstamos para mini proyectos de producción individual o grupal. La superación individual de muchos pobres contribuye al bienestar. Este señor, con orgullo dice : “Soy Empresario, micro-empresario. Con la máquina pelo las naranjas y las vendo a la gente. Sólo debo un pagaré del préstamo con que compré la máquina”.
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